A nivel mundial, en el primer año de la pandemia, un 5,5% de la población de entre 15 y 64 años ha consumido drogas al menos una vez y el 13% de ellos sufrieron trastornos por su consumo.
*275 millones de personas consumieron drogas en este último año.
*36 millones de personas sufrieron trastornos por su consumo.
La adicción es una enfermedad mental cuyo rasgo principal es la pérdida de control sobre el consumo de sustancias psicoactivas o la repetición de conductas como el juego.
Factores diversos de tipo biológico, psicológico y social determinan que una persona consumidora termine afectada por una dependencia.
Decimos que es una enfermedad mental porque afecta al control de impulsos, la voluntad y el raciocinio.
SENTIMIENTOS Y EMOCIONES
La adicción también afecta a la gestión de las emociones y los sentimientos. La persona adicta se engaña a sí misma porque no es capaz de ver con nitidez la realidad. Es una patología del cerebro porque a pesar del daño que se inflige a sí mismo consumiendo, el adicto es incapaz de parar. Queda encerrado en el llamado ciclo adictivo, cada vez más constante y dañino.
AYUDA MÉDICA IMPRESCINDIBLE
La persona adicta se mete en una rueda que toma, cada vez, más revoluciones y más velocidad. Llega un punto en que, sin ayuda médica, sin un tratamiento intensivo y serio como el que ofrecemos en Casa Mispah, es imposible parar.
El adicto, aunque quiera no puede ayudarse a sí mismo. La enfermedad pasa por encima de sus ganas de vivir.
La ruleta de la que hablábamos se convierte entonces en una losa pesada y aplastante.
La prueba es que un adicto se dice una y mil veces que no volverá a consumir. Pero esa determinación es tremendamente volátil.
Y la ruleta destructiva seguirá girando porque la fuerza de la adicción es superior al deseo íntimo de quien la sufre.
EXCUSA PARA SEGUIR CONSUMIENDO
La persona adicta encuentra siempre una excusa para seguir consumiendo, en vez de buscar una solución. Lo habitual es que los familiares intercedan cuando las mentiras se desbordan y la verdad se presenta sin adornos.
Cuando todo se descubre engaños, deudas, problemas judiciales ya no quedan excusas y es más fácil doblegar al enfermo y conseguir que empiece las terapias de adicción.
MINUTO DE ORO
La familia debe aprovechar ese ‘minuto de oro’, esa debilidad momentánea, para hacer que el adicto cruce la puerta de la clínica.
Cuando eso ocurre, cuando el adicto se pone en manos de profesionales, empieza un camino lleno de esperanza y oportunidades para todos. Para el paciente y su familia.
¿Conoces a alguien que necesita ayuda por tener problemas de consumo o conductas dañinas? En Casa Mispah estamos preparados para brindarte una atención especializada y altamente profesional.
*Este blog tiene fines informativos. Entendemos que la situación de cada persona es única y este contenido solo proporciona una comprensión general.